Es viernes, sábado, o cualquier otro día de la semana, y estamos acompañados con nuestros familiares y amigos tomando unas copas, mientras nos reímos y pasamos el rato. Termina la celebración o reunión y nos disponemos a dirigirnos a nuestro domicilio. No sabemos cuantas copas nos hemos tomado, pero creemos que vamos bien para conducir.

A unos pocos kilómetros nos encontramos con un control policial o de la Guardia Civil y nos hacen soplar. ¡SORPRESA! En el display del alcoholímetro aparece 0,65 grados. El agente impide que nos vayamos y, a los 10 minutos nos vuelve a realizar otra toma de aire, dando 0,62 grados.

Nadie se libra de que en algún momento le pueda dar esas cantidades, incluso sin haber bebido demasiado, solo porque a lo mejor nos estamos medicando y no sabíamos que afectare al resultado. ¿Qué hacer?

Ante todo, no se debe perder la calma ni discutir con los agentes, puesto que se pueden empeorar las cosas. Acompañe tranquilamente a los agentes a dependencias policiales, puesto que, de una forma u otra, le van a llevar y diga que desea ser asistido por Rubén Martínez Mollar. Le informamos que, en los delitos de alcoholemia no es necesario tener abogado en la toma de declaración policial, pero sí aconsejable, por lo que si desea que le asiste desde su puesta en libertad, puede ponerse en contacto usted directamente.

En RM, abogado aconsejamos:

• No coja el coche si se ha medicado o si ha bebido. Use el transporte público o deje que conduzca otra persona. Puede poner en peligro su vida, la de las personas que le acompaña (cónyuge, hijos, amigos) y la de los demás usuarios de la vía.



• No haga caso de trucos o productos que dicen que baja el grado de alcohol.



• Si ve un control o si le indican que pare, no intente escapar.

• Nunca se niegue soplar. Sigue siendo delito y más difícil de defender.